Dejamos
atrás Arequipa y de nuevo un largo viaje en autobús nos esperaba. Desde la base
del Misty, subimos hasta la altiplanicie andina. El paisaje se torno en pocos
kilómetros y dio paso a una extensa llanura con enormes zonas de pastos en los
que, vicuñas, alpacas, llamas, ovejas y vacas se alimentaban. Lagunas, ríos
caudalosos y elevaciones mas o menos pronunciadas completaban un entorno
diferente y muy difícil de imaginar a tal altura.
|
Altiplanicie | |
Por fin, después de atravesar Juliaca, llegamos a Puno. Una
población en la falda de una montaña y asomada al lago Titicaca. Calles sin
asfaltar, casas inacabadas y caos circulatorio era la primera imagen que
obteníamos de esta ciudad cuya vida y existencia dependen del famoso lago.
|
Ciudad de Puno |
|
Nos
alejamos de la ciudad unos 15 kms, para fijar nuestra residencia en un
tranquilo lugar a la misma orilla del lago y nos dispusimos a volver a
adaptarnos a la altura pues nos encontrábamos a 3800 m de altura sobre el nivel
del mar.
|
Lago Titicaca desde los aledaños de Puno |
|
A la mañana siguiente, íbamos a descubrirlos
encantos y misterios del lago Titicaca. Sabíamos que en su parte boliviana,
teníamos muchas cosas que ver y conocer, como la ciudad de Copacabana, con su
devoción a su virgen y las islas del sol y la luna. Pero el poco tiempo de que disponíamos, solo nos permitía
visitar la parte peruana y sus islas de Uros y Takile.
Muy
temprano, tomamos una embarcación, donde el guía nos iba a poner en
antecedentes de lo que íbamos a ver. Ni siquiera estas explicaciones, pudieron
situarnos en la realidad que pocos momentos después íbamos a vivir.
Sin
vislumbrar nada, llegamos a una extensa zona de juncos o totoras entre los que
la embarcación dificultosamente se podía abrir paso. Y de repente aparecieron
las islas de Uros, islas artificiales fabricadas por sus habitantes los
aimaras. Era todo sorprendente, como mágico. Algo en nuestro interior nos hizo
ser mucho mas curiosos. Queríamos saber como hacían las islas, como podían
vivir allí, como se relacionaban, como…, como en realidad existía aquel lugar
de una belleza sin límite para nuestros ojos, pero de una realidad que quizás
no llegábamos a comprender.
|
Isla de Uros |
|
|
Casas y suelo de las islas de Uros |
|
|
Asi se construye la isla |
|
La
totora era su sustento y su vida. Con sus raíces formaban la zona de flotación
de la isla, con su tronco hacían el suelo y construían sus casas y sus embarcaciones y
de su parte carnosa se alimentaban. La totora aquel antipático junco que nos
dificultaba el paso era para ellos todo lo que necesitaban.
|
Totora o junco en el lago Titicaca |
|
Los
aimaras, con una enorme simpatía, nos dieron todo tipo de explicaciones, nos
enseñaron sus viviendas, nos contaron como se organizaban, de que se
alimentaban y nos mostraron sus costumbres. Supimos la juventud de sus
matrimonios y la pronta aparición de enfermedades relacionadas con la humedad
en la que vivian. Sus explicaciones cada vez nos sorprendían mas. Pero, sí
había un motivo para todo aquello. A escasos doscientos metros de allí estaba
Puno, la tierra era muy cara, no tenían medios para comprar un terreno donde
vivir y allí, aunque el suelo había que volverlo a poner cada 15 días, la isla
desecharla cada diez o doce años y contruirse otra. El lago le daba todo por
nada, incluso sus disputas con las islas vecinas se saldaban llevándose la suya
a otro lugar mas alejado.
|
Aimaras | |
|
Alimentos de los aimaras en las islas de Uros |
|
Nos
marchamos de allí, sin poder dejar de mirar atrás y hacernos muchas preguntas,
sin respuestas. Solo, las islas de Uros existían, eran una maravilla humana en
una naturaleza impresionante y los aimaras nos quisieron mostrar la felicidad
de ser fieles a su antepasados y a sus costumbres.
|
Entrada a una isla y barcaza de transporte de sus habitantes |
|
|
Muy cerca de la orilla del lago |
|
|
Aún
con los ojos, puestos en el lugar que dejábamos, nos acercamos a la isla de
Takile, una isla en medio del lago cercana a la orilla peruana de Puno. El lago
Titicaca es el lago mas alto del mundo navegable. Tiene una superficie de unos
ocho mil kilómetros cuadrados, siendo su anchura máxima de unos setenta kms y
su longitud de unos ciento ochenta Kms.
La
isla de Takile, es una isla natural habitadas por los querchuas. La agricultura
y la artesanía junto al turismo son los fundamentos de su forma de vivir. La
isla, que en su punto mas alto llega a tener unos 3950 ms sobre el nivel del
mar, nos aportó unas vistas de gran belleza. Pero si obtuvimos, enseñanzas,
estas nos vinieron de sus gentes.
|
Lago Titicaca desde Takile |
|
Como
en Uros, la vida en comunidad, es el sistema de convivencia implantado. El
esfuerzo común, les hacen ser enormemente, colaboradores y acogedores. Todos,
jóvenes, niños, ancianos, trabajan y viven por el bien común.
|
Otra vista del lago |
|
Los
quechuas, nos enseñaron, que, ni la belleza física, ni la fuerza eran los
motivos para una mujer fijarse en un hombre. La laboriosidad del hombre es la
cualidad mas preciada. Los hombres solteros, siempre llevan un gorro de dos
colores, rojo y blanco. La perfección y la belleza del gorro es lo que las
chicas mas valoran cuando elijen a su pareja. Aquí tampoco existe la alianza
como símbolo del matrimonio, un cinturón tejido por la esposa en la que un
largo mechon de su cabello forma parte del mismo es el tesoro que durante, su vida mas cuida el hombre y es motivo de su
orgullo.
|
Niños y jovenes uno soltero y el otro casado o comprometido |
|
|
Plaza de la isla de Takile |
|
Fue
hermoso hablar con ellos, captar las imágenes de sus rostros y pasar entre
ellos unos momentos enormemente agradables, donde el lago, siempre rodeándonos,
nos descubría paisajes enormemente
bellos.
|
Niña vendedora |
|
Nos
marchamos de la isla, regresamos a nuestro lugar de residencia y en nosotros
persistía, una enorme satisfacción de haber conocido y convivido con aimaras y
quechuas, aunque en nosotros continuaban
numerosas interrogantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario