miércoles, 5 de diciembre de 2012

Atravesando el Atlántico


En estos días pasados, hemos atravesado el Atlántico. Confieso que su singladura nos causaba mucho respeto.  ¿Serían sus aguas bravas?  ¿Nos sorprendería alguna tormenta?  ¿Sus olas, zarandearían el barco y nos produciría malestar? A lo largo de las horas, estas inquietudes se iban calmando. El Atlántico nos brindó una  travesía serena.
Durante ella, muchas vivencias, y todas podemos decir que enriquecedoras. Tuvimos tiempo. Tiempo para nosotros mismo,  para pensar y reflexionar, tiempo para los que nos acompañaban, para escucharlos y conversar, tiempo para observar y valorar los tesoros que poseemos. La tierra  que dejamos atrás y la que día a día deseábamos avistar. El mar que nos sostenía y embrujaba llenándonos de sensaciones de paz y de temor.  El cielo… siempre lleno de esperanza.
La Tierra
El Mar
El cielo






Durante estas jornadas conocimos a mas personas. Entablamos conversaciones con ellas, palpamos sus temores e ilusiones. Si sus rostros se iluminaban era porque hablábamos de la familia, de los hijos, de los nietos. Si sus rostros se llenaban de orgullo es porque hablábamos de sus países, de sus tierras, sus paisajes, sus rincones y costumbres. Si la preocupación asomaba a sus ojos es porque hablábamos de política, economía, inseguridad, corrupción. En fin, pudimos comprobar que todos, peruanos, mejicanos, costarricenses, venezolanos, ingleses, estadounidenses, todos…, todos sentían igual, deseaban lo mismo y soñaban con conseguirlo. ¿Por qué no dedicar algo mas de nuestra vida a ese sueño?
Los días pasaban, y aunque deseábamos que algo de tierra se asomara en la lejanía, el horizonte solo nos la mostró el día anterior de nuestra arribada a puerto. Fue una franja pequeña de una cercana isla pero que la bruma no nos la dejó  percibir con claridad. Por otra parte, a medida que nos acercábamos al final de la travesía, todos sentían cierta tristeza por terminar  una aventura llena de momentos muy sencillos pero al mismo tiempo muy bonitos e intensos.
Amanecer 
Atardecer 






Los amaneceres en el atlántico y sus atardeceres nos habían cautivado. Ya estábamos tocando puerto, otro continente, algo que nunca pude soñar y… ¡Estaba en  América! Un motivo, tú, Nico, tú, Andrea, una mano, mi familia y en todo mucho cariño. ¡Ah! Y un lugar, Miami, la puerta de un sueño.

3 comentarios:

  1. Que fotos tan bonitas!! Que aventura...

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  2. ¡Me encantan las fotos! Pedazo de viaje os estáis pegando, y sólo acaba de empezar... Ya os podíais haber estirao y haberme invitado. Jajajajajajajaja. ¡Nos vemos en un par de semanitas en Perú!

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  3. Da gusto leerte, amadeo, pena que no te prodigues más. Sentimiento, aguda visión que trae lecciones universales, estilo... Todo eso, cuñao, ni más ni menos. Por ahí en cuanto a la escritura. Por otro lado, alegría de que esté resultando tan especial este periplo causado por la boda de mi querido hijo...
    Un abrazo para los dos, ahora viene Panamá... guauuu! hasta pronto

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