Dejamos
atrás las calles de Colón y nos adentramos en una carretera de doble
circulación por la que íbamos a recorrer los 80 Kms que separan el Caribe del
Pacífico en la ciudad de Panamá.
Durante
el recorrido, la señorita que nos acompañaba explicó con multitud de detalles
la historia y las obras del canal. Tengo
que reconocer que este punto era para nosotros especialmente atractivo y la
experiencia de ver, conocer y atravesar esta obra de ingeniería, una de las mas
deseadas del viaje que estamos realizando.
Pronto
llegamos a la ciudad de Panamá. La visita comenzó mostrándonos desde un punto
de la bahía la ciudad nueva. Ante nosotros aparecía una larga hilera de
edificios muy altos, asomados al mar configurando la estampa de una ciudad
moderna. Grandes sedes de bancos y hoteles destacaban en su arquitectura.
Ciudad de Panamá |
De
allí, nos trasladaron a conocer la ciudad antigua, y en el camino nos hablaron
de los diablos rojos, autobuses de este color con motivos enormemente pintorescos,
cuya existencia recoge la filosofía de este país y quizás
de este lugar que estábamos visitando. Autobuses sin licencias ni normativas,
cuyas ganancias emanan del número de viajeros que trasladan, que protagonizan
verdaderas carreras y violaciones de las mas elementales reglas de tráfico,
produciendo a menudo accidentes. Cuando cae la noche, se convierten en
discotecas andantes.
De
esta forma llegamos a la parte antigua de la capital y de nuevo, la pobreza, el
hacinamiento, la suciedad y falta de higiene en edificios y calles era la
imagen y sensación que estábamos recibiendo. Iniciamos un paseo a pie por las
calles del centro del antiguo Panamá y preciosas casas coloniales con grandes
balconadas nos ofrecían un aspecto desolador de abandono. Desde que sus
habitantes las habían abandonado para ubicarse y vivir en la nueva ciudad,
nadie se había preocupado de su conservación. En la actualidad han caído en
manos de la especulación, pues son
compradas y no rehabilitadas, sino que,
pasado un tiempo, vuelven a ser vendidas, duplicando, en ciertos casos, las
cantidades anteriormente pagadas.
Balcones habitados pero abandonados |
Y
ahí, sus gentes. ¿Qué decir? ¿Cómo describirlas? No sé. Es difícil poder hablar de ellas y
menos tratar de bucear en sus pensamientos
y sentimientos, pero…, en sus rostros había una sonrisa, una sonrisa
especial, una sonrisa que destilaba belleza y paz. Una sonrisa que al verla, no necesitas
profundizar, pues te llena de alivio y tranquilidad.
Pedí a una señora que estaba con su nieto poderla fotografiar y no dudó en hacerlo, solo pidió que la dejara ponerse guapa y el niño corrió a colocarse un poco mejor sus ropas. Ella, sólo con la manos se atusó el cabello y colocó bien su gorro de lana, con su nieto, sin cambiar la postura que tenían, se dejó fotografiar. Obtuve una imagen limpia y humilde. Pensé, qué pena… Cuánto llegamos a pagar por imágenes que no dicen nada…
La sonrisa |
Continuamos
la visita y nos dirigimos a conocer las compuertas de Miraflores, las primeras
compuertas del canal al lado del Océano Pacifico. Tras mostrarnos una película
con la historia del canal, pudimos contemplar el paso de un carguero a través
de ellas.
Compuertas del canal |
Volvimos
a nuestro lugar a través de la misma carretera que por la mañana nos llevó a la
ciudad de Panamá. Al llegar a Colón una multitud de trabajadores acababan su
jornada laboral en los almacenes. Terminamos la visita y en nosotros, un cierto
amargor. Pobreza, indignación en un país rico. ¿Quién será el responsable?.
¿Todos?. O quizás haya que recordar otra frase del general Alfaro “ Ambición:
cráter donde se hunden las bastardas aspiraciones”
hola
ResponderEliminarHola Amadeo y Carmina, hasta ahora no sabía cómo deciros algo por aquí. Tu blog me está descubriendo unos relatos con algo de diario íntimo y otro poco de artículo periodístico, que se leen con mucho gusto y me muestran un escritor que no conocía y que despierta mi emoción, lo cual para los lectores, al menos para mí, es más que suficiente para acudir a tus páginas. Gracias por compartir vuestro increible viaje y vuestra ilusión... Un abrazo, merche
ResponderEliminarHola pareja!!!
ResponderEliminarAcabo de encontrarme en la puerta de nuestra casa a Merche, me ha comentado el blog sobre vuestro viaje y aquí estoy metida, leyendo poco a poco vuestra fantástica vivencia.
Que suerte!!
No sabía de esta faceta de excelente escritor, nos estas dando una buena descripción de vuestro magnífico viaje.
Seguid disfrutando a tope.
Por aquí todo bien he visto a casi toda tu familia Carmina, a tu mami, hijos.....pregunto por vosotros pero ya se donde ir viendo vuestro recorrido.
Besitos
Amalia