martes, 1 de enero de 2013

Ciudad de Panamá

Dejamos atrás las calles de Colón y nos adentramos en una carretera de doble circulación por la que íbamos a recorrer los 80 Kms que separan el Caribe del Pacífico en la ciudad de Panamá.
Durante el recorrido, la señorita que nos acompañaba explicó con multitud de detalles la historia y las obras del canal.  Tengo que reconocer que este punto era para nosotros especialmente atractivo y la experiencia de ver, conocer y atravesar esta obra de ingeniería, una de las mas deseadas del viaje que estamos realizando.
Pronto llegamos a la ciudad de Panamá. La visita comenzó mostrándonos desde un punto de la bahía la ciudad nueva. Ante nosotros aparecía una larga hilera de edificios muy altos, asomados al mar configurando la estampa de una ciudad moderna. Grandes sedes de bancos y hoteles destacaban en su arquitectura.


Ciudad de Panamá
De allí, nos trasladaron a conocer la ciudad antigua, y en el camino nos hablaron de los diablos rojos, autobuses de este color con motivos enormemente pintorescos,   cuya   existencia recoge la filosofía de este país y quizás de este lugar que estábamos visitando. Autobuses sin licencias ni normativas, cuyas ganancias emanan del número de viajeros que trasladan, que protagonizan verdaderas carreras y violaciones de las mas elementales reglas de tráfico, produciendo a menudo accidentes.   Cuando cae la noche, se convierten en discotecas andantes.
De esta forma llegamos a la parte antigua de la capital y de nuevo, la pobreza, el hacinamiento, la suciedad y falta de higiene en edificios y calles era la imagen y sensación que estábamos recibiendo. Iniciamos un paseo a pie por las calles del centro del antiguo Panamá y preciosas casas coloniales con grandes balconadas nos ofrecían un aspecto desolador de abandono. Desde que sus habitantes las habían abandonado para ubicarse y vivir en la nueva ciudad, nadie se había preocupado de su conservación. En la actualidad han caído en manos de la especulación, pues  son compradas y no rehabilitadas,  sino que, pasado un tiempo, vuelven a ser vendidas, duplicando, en ciertos casos, las cantidades anteriormente pagadas.

Balcones habitados pero abandonados

Algo mas reformado

Estado actual de la ciudad antigua
En las puertas de las casas
Y ahí, sus gentes. ¿Qué decir? ¿Cómo describirlas?  No sé. Es difícil poder hablar de ellas y menos tratar de bucear en sus pensamientos  y sentimientos, pero…, en sus rostros había una sonrisa, una sonrisa especial, una sonrisa que destilaba belleza  y paz. Una sonrisa que al verla, no necesitas profundizar, pues te llena de alivio y tranquilidad. 

Pedí a una señora que estaba con su nieto poderla fotografiar y no dudó en hacerlo, solo pidió que la dejara ponerse guapa y el niño corrió a colocarse un poco mejor sus ropas. Ella, sólo con la manos se atusó el cabello y colocó bien su gorro de lana,  con su nieto, sin cambiar la postura que tenían, se dejó fotografiar. Obtuve una imagen limpia y humilde. Pensé, qué pena… Cuánto llegamos a pagar por imágenes que no dicen nada…

La sonrisa
Continuamos la visita y nos dirigimos a conocer las compuertas de Miraflores, las primeras compuertas del canal al lado del Océano Pacifico. Tras mostrarnos una película con la historia del canal, pudimos contemplar el paso de un carguero a través de ellas.

Compuertas del canal
 


Un barco atravesando la exclusa de Miraflores
Volvimos a nuestro lugar a través de la misma carretera que por la mañana nos llevó a la ciudad de Panamá. Al llegar a Colón una multitud de trabajadores acababan su jornada laboral en los almacenes. Terminamos la visita y en nosotros, un cierto amargor. Pobreza, indignación en un país rico. ¿Quién será el responsable?. ¿Todos?. O quizás haya que recordar otra frase del general Alfaro “ Ambición: cráter donde se hunden las bastardas aspiraciones”

3 comentarios:

  1. Hola Amadeo y Carmina, hasta ahora no sabía cómo deciros algo por aquí. Tu blog me está descubriendo unos relatos con algo de diario íntimo y otro poco de artículo periodístico, que se leen con mucho gusto y me muestran un escritor que no conocía y que despierta mi emoción, lo cual para los lectores, al menos para mí, es más que suficiente para acudir a tus páginas. Gracias por compartir vuestro increible viaje y vuestra ilusión... Un abrazo, merche

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  2. Hola pareja!!!
    Acabo de encontrarme en la puerta de nuestra casa a Merche, me ha comentado el blog sobre vuestro viaje y aquí estoy metida, leyendo poco a poco vuestra fantástica vivencia.
    Que suerte!!
    No sabía de esta faceta de excelente escritor, nos estas dando una buena descripción de vuestro magnífico viaje.
    Seguid disfrutando a tope.
    Por aquí todo bien he visto a casi toda tu familia Carmina, a tu mami, hijos.....pregunto por vosotros pero ya se donde ir viendo vuestro recorrido.
    Besitos
    Amalia

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